A la sombra de una mujer (continuacion)
Abro el
grifo. Cada gota de agua que cae sobre mi cuerpo me recuerda a ella. La siento ahí
junto a mi. Su palido cuerpo pegado al mio. Comienzo a besar suavemente la
superficie lisa de sus hombros en la oscuridad de los ojos cerrados. Mis manos
recorren de arriba abajo su cuerpo. Siento sus nalgas redondas contra mi pubis.
Puedo oler claramente su perfume de flores silvestres.
Ella
tiembla, gime suavemente a cada beso, a cada caricia de mis dedos que juegan
lentamente en la cima de sus pezones. Una musica empieza a sonar levemente y
con cada vivración de un contrabajo, vivran nuestros cuerpos desnudos vajo el
agua caliente
♫ Mientras nos mordemos la lengua,
queriendo cambiar el mundo… ♫
Recuerdo
que en algún lugar leí que todo lo que se pueda besar se puede morder, excepto
los ojos y el labio superior. Me dejo llevar pues… comienzo a morder sus hombros,
subiendo a su cuello. Su piel se eriza aún mas a cada movimiento. No puede más.
Se voltea y me mira fijamente a los ojos. Me mira con esos ojos de pantera, esa
mirada de amor y odio que te hace dudar de sus intenciones… no sabes que viene
despues, si un beso o una bofetada. Cierro los ojos mientras nuestros labios se
juntan en un beso, un beso salvaje, brutal, de esos que arrancan los labios.
El champú
cae al suelo, empieza a derramarse. Abro los ojos al sonido seco de la caida.
Recojo el pomo. “No voy a dejar que este champú se desaproveche” pienso. Lo cojo con los dedos y me lavo la cabeza.
Luego enjabono cada centimetro de mi cuerpo aún caliente. Mientras lo hago me
elevo, muy alto en el cielo. Veo la tierra desde arriba, desde las nuves. Me
siento Zeus, sonrío. Ella es y será siempre mi Venus.
Salgo de la
ducha y pienso “Quizás mañana sea… quizás”
Miro al
espejo y veo mi reflejo de mortal.
“Vaya que
te has puesto guapo” (sonrío)
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